La máquina de vapor o las granadas de mano son dos inventos británicos. Pueden parecer contundentes, pero existe un ingenio que es mucho más explosivo: el full English Breaksfast o desayuno completo inglés, su forma más característica de empezar el día.
Todo el que ha viajado alguna vez a Londres o Dublín se ha quedado a cuadros con los típicos desayunos ingleses: judías, embutido, morcilla... ¡A tope de power! En este artículo os vamos a contar el origen de esta tradición, algunas de sus variantes y todo lo que no debe faltar en una de estas bombas culinarias.
Durante el siglo XX la receta se fue enriqueciendo, incorporando nuevos elementos como cereales, tostadas o incluso pescado. Vamos, la antítesis del desayuno continental. Con el tiempo, fueron surgiendo variantes regionales: el full irish breakfast, compuesto por panceta, pudding e incluso hígado; el full welsh breakfast, que incluye puré de algas con copas de avena; la versión estadounidense, que también tiene filetes y tortitas...
¿Cuáles son los ingredientes que nunca deben faltar en un auténtico full English Breakfast? Unánimente se acepta que no deben faltar la panceta, los baked beans (judías estofadas), morcilla y huevos fritos. También suelen ir champiñones, patatas, tomates e incluso pudding.
Eso sí, si empezáis el día de esta manera, dedicad al menos media hora a caminar y quemar unas cuantas calorías.
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