Cuando estamos enfermos del estómago (con gastroenteritis por ejemplo), en seguida las madres y abuelas nos dicen que tenemos que hacer dieta blanda. Los más jóvenes lo asociamos con pasar hambre y comer cosas sin sabor, pero en realidad este tipo de alimentación consiste en ingerir alimentos de fácil digestión, que nos ayuden a reponer líquidos y que eliminen todo aquello que pueda irritar a nuestro aparato digestivo.
¿Y qué se puede desayunar en una dieta blanda? Contra todo pronóstico no hay que morirse del asco, simplemente variar un poco nuestros hábitos. Con un poquito de imaginación podremos disfrutar de un desayuno rico, apetecible y que sea friendly con nuestro estómago.
Si hay que desayunar solo líquido (sobretodo al principio de la enfermedad), habría que optar por lácteos muy suaves: una taza de leche desnatada o un yogur natural líquido. También se puede tomar media taza de zumo o, si estamos todavía con dolor, un té de manzanilla.
Si ya podemos comer sólido, hay que empezar por un huevo cocido, pechuga de pavo (sin sal a ser posible) o algunas frutas (como uvas o manzanas). También se puede comer gelatina.
No hay comentarios:
Publicar un comentario